25 sept 2011

¡No Te Tardes Mami!

Mi bella reina y princesa
con sus coronas que les hice
el otro día. La de Kelly no
salió bien pero se la puso de
todas maneras.
Hace unos días tuvimos un día súper ocupado en la noche. Sucedió que Kelly tuvo que estar fuera de la casa mientras yo me quedé solo con los hijos para terminar el día y prepararnos para el siguiente.

Tuve que organizar la limpieza de la cocina después de la comida, ayudar con tareas escolares, responder a varios hijos que me llamaban constantemente para aquí y para allá, que papá esto, que papá lo otro, que ayúdame aquí, que ve esto. Además tuve que preparar sus almuerzos para el próximo día y animarlos a que se prepararan para ir a la cama (un proceso al que le llamamos PDP, pijamas, dientes, y...bueno, a ver si saben a que se refiere la ultima P), y doblar un poco de ropa. Y por supuesto, leer las escrituras como familia.

Cuando llego mi querida esposa, estábamos casi listos. Nada mas la cocina no estaba completamente limpia, las tareas parcialmente terminadas, y los almuerzos quizás no hechos como debían. Sale sobrando decir que me dió mucho gusto verle de regreso.

Claro, me gusta pensar que hago de mi parte en la casa. Y quizás hay algo de verdad en esto. Sin embargo, jalar con el peso de cinco hijos es algo diferente. Y mi esposa lo hace cada día. Claro, ayudo y hago de mi parte. Pero con mucha frecuencia, por motivo de viajes de negocio o reuniones de la Iglesia, ella se queda sola como yo me quedé esa noche. Y sin embargo, ella nunca se queja, nunca me dice que tan caótico fue su día, y nunca para. Si le pregunto cómo está, me dice que esta cansada. Claro, yo lo estoy también después de un día largo de trabajo. Sin embargo, mi cansancio no se compara con lo que sentí esa noche. 

Por todo eso, ¡gracias Mami! Y la próxima vez, ¡por favor no te tardes mami! Que realmente no lo puedo hacer sin ti.

Si eres padre, intenta esto una vez (por lo menos). Quédate en casa un día sólo, haciendo lo que ella hace cada día. Es probable que la amarás aun más y que apreciarás más lo que ella hace cada día.

Y para las madres que lean este mensaje, ¡no se tarden mamas, que las necesitamos!

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