28 feb 2012

Quien Soy Yo?

Mi padre, uno de mis hijos, y yo. Dos generaciones de
padres y uno en desarrollo.
Recientemente, alguien a quien aprecio mucho me dijo de sus luchas y el crecimiento que ha tenido durante el año anterior. Parte de este proceso fue encontrar quién es él, o en otras palabras, el hallarse a sí mismo. Mientras que algunos pueden dar esto por desapercibido, no es raro que aveces algunos de nosotros nos sintamos como que no sabemos quienes somos. Y aun cuando sabemos quiénes somos, a menudo necesitamos que se nos recuerde de esto y que hagamos los ajustes necesarios.

Cada uno de nosotros descubrimos la respuesta a esta pregunta en diferentes puntos de la vida y de diferentes maneras. Algunos lo hacen temprano en la vida y otros un poco más tarde. Algunos descubren quiénes realmente son en un momento o dentro de un corto período de tiempo mientras que otros pueden tardar mucho tiempo. La pregunta "¿quién soy yo?" tiene respuestas múltiples y pueden variar para algunas personas. En mi opinión, para los hombres en la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días a esta pregunta fundamental "¿quién soy yo?" debe incluir una respuesta muy simple, pero profunda.

¡Un Padre!

Uno de nuestros deberes divinos en esta vida es ser padres. Esto es esencial en el plan de Dios para sus hijos. A través de la paternidad y en colaboración con la maternidad, Dios lleva a cabo sus propósitos eternos. La paternidad también nos puede ayudar (a los hombres) a desarrollar los atributos y características que Dios quiere que desarrollemos para llegar a ser mas como Él es. La paternidad puede ayudarnos a ser mas amables, pacientes, llenos de amor, nos ayuda a perdonar, a ser incondicionales, a sacrificarlo todo por nuestros hijos, y a desarrollar muchos otros atributos que son importantes para nuestra felicidad y exaltación. Claro es que esto es un proceso largo. Pero yo creo que el formar una familia es un catalizador y acelerador en este proceso de llegar a ser más como Dios; siempre y cuando lo hagamos bien y le permitamos que Él sea nuestra guía.

Hace poco oí a un buen amigo mío hablar sobre su bebé recién nacido con mucha ternura y anhelo por el bienestar del bebé. Eso es exactamente en lo que Dios quiere que pongamos nuestro mayor empeño, en amar y cuidar a sus hijos como sus padres terrenales en esta vida.

Así que, para todo aquel que esté honestamente buscando la respuesta a la incógnita "¿quién soy yo?" debes saber que una cosa es cierta: los hombres hemos nacido para ser padres. Eso es parte de nuestro destino divino y eterno. Y esa es la esencia de quienes realmente somos.

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