12 feb 2012

Tanto Ruido...Lo Voy a Extranar Un Dia

Our crew in Times Square
Nuestra casa no es como un museo donde todo esta limpio, en su lugar, y tranquilo. No, nuestra casa es mas como un taller de trabajo. Y durante los domingos, cuando esperaría disfrutar un poco de tranquilidad y silencio, lo que se oye son las risotadas de mis hijos, las bromas, unos correteando a otros, alguien que grita '¡ya basta!' alguien tocando el piano en la sala, todo a la misma vez. ¡Así es! Una casa con cinco hijos no es un museo. Cuando me escapé por un minuto del ruido, reflexioné que algún día voy a extrañar todo este ruido.

Pensé de esto porque durante el día, un amigo mío, cuyos hijos ya salieron del hogar, me dijo que extrañaba a sus hijos, y que todo lo que le quedaba eran fotos y vídeos que veía de vez en cuando para recordar. Seguramente el y su esposa disfrutan esta nueva etapa de la vida. Pero al decirme esto con añoranza, me di cuenta que realmente los extrañaba. Luego su esposa añadió que cuando los hijos están jóvenes, ellos son toda la vida para los padres, no conocen nada más, y cuando se van todos, ya no saben que hacer.

Así que desde mi punto de vista, hay dos riesgos en esto...

Por un lado, el 'sufrir' con las cosas cotidianas de la vida con hijos, tales como el prepararles almuerzos cada día, ayudarles con sus tareas escolares, ir a sus actividades, decirles que pongan sus cosas en su lugar una y otra vez, ver que hagan sus quehaceres diarios, etc. puede impedirnos el verdaderamente gozar de esta etapa tan maravillosa cuando todavia están con nosotros en casa.

Por otro lado, permitir que éstas cosas absorban toda nuestra vida, podría impedir el fomentar una relación conyugal independiente de nuestra responsabilidad para con nuestros hijos.

Así que me propongo a esforzarme un poco mas a gozar un poco mas del ruido y a desarrollar mas mi relación con mi esposa que no se centre nada mas en torno a nuestros hijos.

Porque al fin de cuentas, algún día los hijos se van a ir y nuestra casa quizás se vea como un museo, donde todo siempre está ordenado, limpio, y tranquilo. Y cuando ese día llegue, espero poder sentarme con mi esposa a disfrutar de ver fotos y vídeos y recordar buenos tiempos de todo el ruido que mis hijos hacen hoy. Entre tanto, ¡estoy feliz con mi taller a pesar del ruido!

No hay comentarios:

Publicar un comentario