9 feb 2012

La Oración de Un Niño: Lo Que Como Padre Aprendí de mi Pequeñito

Luke & Helaman en la época del
incidente mencionado.
Recientemente leímos como familia el relato de cuando Nefi rompió su arco y toda la familia sufrió hambre por esa causa y se ponen a murmurar.  Es interesante que Nefi construyó un nuevo arco, una flecha, y fué a su padre para preguntarle a dónde debería de ir a cazar comida para la familia. Lehi le pregunta al Señor y como respuesta, aprende una lección que pienso que recordó para siempre.

Lehi tuvo que humillarse ante el Señor y aprender una lección importante a razón de lo que Nefi hizo. Y esto me hizo recordar una experiencia similar que tuve hace muchos años cuando mi hijo mayor, Helamán, tenia 4 años de edad.

Habíamos salido de compras, se anochecía, y hacia un poco de frío. Kelly, Helaman, y Luke (que tenía como un año), decidieron esperarme en el auto mientras yo hacia una última compra. Cuando regrese me enteré que Helamán habiendo estado jugando con las llaves, había insertado la llave incorrecta en la ignición. "Y ahora que hago?" me pregunté frustrado. Después de mucho esfuerzo, pude sacar la llave, pero cuando metí la llave correcta, la llave no daba vuelta, porque ni siquiera entraba bien en la ranura. Intenté varias veces sin lograr encender el auto. Entre mas pasaba el tiempo y se hacía mas noche, mas frío hacía, y mas frustrado me sentía yo.

Fue en ese entonces que a Helaman se le ocurrió sugerir "¿papi, porqué no hacemos una oración?" Me apena admitir que en ese momento, orar era lo último que se me hubiera ocurrido! Entonces le dije con poca paciencia y sin realmente pensar "bueno, ¿porqué no TU hace la oración?"

Mi pequeño hijo comenzó a orar, y de pronto me avergoncé y me llene de preocupación. ¿Que pensaría mi hijo cuando termine su oración y vea que la llave no va a dar vuelta simplemente porque hizo una oración? No quería que su fe se debilitara a causa de esto. La verdad, es que el de la fe débil era yo!

Helamán terminó de orar.

Un poco nervioso y titubeante, di la vuelta a la llave.

Esta vez, no se resistió como antes. Para nada!

Y el motor se encendió.

En ese momento sentí un espíritu de paz venir sobre mi. No nada mas porque el auto se había encendido. Claro, sentí alivio de que finalmente estaba andando. Pero lo que sentí fue mas que eso. Fue como una amonestación de amor que me aseguro que Dios si escucha las oraciones, especialmente las de sus pequeñitos.

Esa noche Dios escuchó y contestó la oración de un niño en una manera que yo considero milagrosa. Además, un padre aprendió una lección que nunca he olvidado: la de confiar en el Señor, pedir su ayuda, ser paciente y creer en el.

Como lo hizo Nefi con su padre, mis hijos también me han enseñado muchas lecciones. Con un poco de humildad, nosotros como padres podemos aprender de nuestros hijos lecciones de mucho valor para nuestra vida y sobre como vivir. Por esa razón, estoy muy agradecido de ser un padre.

2 comentarios:

  1. Mar aunque no hago muchos comentarios en cuanto a los articulos que escribes y compartes, quiero decirte que siempre que leo me inspiran tus palabras, experiencias y sabiduria. Gracias por tomar tiempo para hacer esto que nos ayuda a otros padres a ser mejor.

    ResponderEliminar
  2. Gracias Susy! Si toma tiempo pero es algo que disfruto y que siento que me ayuda a mi mismo ser un mejor padre. Si ayuda a otros, eso es pilón!

    ResponderEliminar